Intención:
"Encuéntrate a Ti mismo, y encontraréis la Gloria de Dios"
CRISTO Maestro Ascendido Universal, junto a Babaji, la gran Consciencia Crística.
PRIMER MENSAJE
del Maestro CRISTO junto a BABAJI, la
Gran Consciencia Cósmica
“Querida Hermandad, el despertar de la
Consciencia, se ha manifestado para esta Era Dorada, donde debéis regresar a la
Casa del Altísimo. Encuéntrense a sí mismo y Me encontraréis, encuéntrate a ti mismo
y encontraréis la Gloria de Dios. No existe en los universos el lugar más
sagrado y valioso, que dentro de vosotros mismos. Cuando regresáis a él, es
volver a conectar con la fuerza más poderosa e invencible de Amor y Verdad. Conectan,
con la energía del Yo Soy el que Soy, activando la Llave Crística, la que abre
todos los mundos y reinos iluminados y puros, logrando encontrar el verdadero
tesoro, lejos de todo apego, la fuerza ilimitada del Amor y de la Misericordia,
donde nacen las virtudes de Dios, la Tierra de la Felicidad, donde la Paz y la
Unidad yacen en el corazón de todos los seres que se encuentran renaciendo a
una nueva vida, un nuevo despertar donde la consciencia se abre para alcanzar
la Luz de la transformación.”
SEGUNDO MENSAJE
del Maestro CRISTO junto a BABAJI, la
Gran Consciencia Cósmica
“Quien pronuncia el Nombre de Cristo, y
cree en cada enseñanza y mensaje, estará protegido, y podrá alcanzar la verdadera
iluminación, la plenitud del Altísimo. Volved a vosotros; allí está el tesoro
más valioso. Ama lo que posees dentro, y crecerán como agua de vertientes las virtudes
que lleváis dentro, para esparcirlas al mundo. Debéis expandir las enseñanzas
que llegan a la humanidad para que sean plasmadas en cada ser que abra su
corazón a Cristo y pueda seguir cultivando el bien, en su mente, en su boca, en
su cuerpo y en cada acción que realice. De esa manera, el Supremo, beneficiará
a todas las almas de buena voluntad, llenándolas de Gloria Divina y de Gracia
Plena. Encuéntrate a ti mismo y me encontraréis; allí podréis sentir el
infinito y la eternidad en el amor puro. Los seres deben cultivar un alma tan
grande como la tierra, ilimitada como el cielo, y profunda como un gran río
lleno de amor y de compasión.”